martes, 2 de junio de 2009

-respeto a mis mayores-

A la edad de once años
perdí a mi madre querida
y entrando en los setenta,
mi padre perdió la vida, pero
he tenido el consuelo, lo digo de corazón,
que a mí me tocó una suegra, de lo bueno, lo mejor.

Tratad bien a los ancianos, con un amor singular
pensando en que nosotros caminamos
hacia allá.

Algunos les llaman "viejos"sin detenerse a pensar
que aquel que no llegue a viejo
la vida le ha de costar.
Y cuando ven a un anciano por la calle pasear,
lo miran y luego dicen "ese viejo donde irá",
sin pensar que aquel anciano
que por nuestra vera pasa, seguro que sale a la calle
por no estorbar en su casa.
Dejalo andar a sus anchas en su propio domicilio,
de jalo siempre sentarse en su sitio preferido,
no debéis jamás decirle: "ponga se usted para allá"
No ponerle mala cara si le cae algo al suelo
a la hora de comer.
Cuando fuma su pitillo, y le cae la ceniza al suelo,
no debes nunca decirle "¿para que está el cenicero?"

Cuando ocurren estas cosas, solo debemos pensar
que es cosa de los años, el no quiere molestar.
También ciertas cosas se le debe consultar,
hacerle ver con agrado que es el Patriarca del hogar.

Y las hijas con cariño, les dirán a sus mamas:
"Quien te manda hacer eso" ¿no puedes estar sentá?
ya has trabajado bastante, ahora solo descansar.
Sin darse cuenta del daño que le acaban de causar,
la anciana piensa muy triste,
"ya no sirvo para "
"mi hija ya no me quiere, solo hago que estorbar"
Deja a la abuela tranquila, y nunca le digas nada,
que sea ella quién decida, y se sentirá mas querida.

Escrita y recitada por Mªdel Carmen Rubio 24/5/09

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